Han pasado más de dos semanas desde la celebración de las cuestionadas elecciones presidenciales en Venezuela y es difícil prever qué sucederá en los próximos días.
Cada vez son más los organismos y gobiernos extranjeros que, al igual que los líderes opositores Edmundo González y María Corina Machado, desconocen los resultados o reclaman a las autoridades que muestren las actas electorales para demostrar que, tal y como fue proclamado oficialmente, Nicolás Maduro fue el ganador.
Los más recientes fueron los especialistas del panel de expertos de Naciones Unidas que visitó Venezuela durante los comicios, y que concluyó que el proceso incumplió “las medidas básicas de transparencia e integridad que son esenciales para la realización de elecciones creíbles”. El gobierno venezolano respondió que se trataba de “una serie de mentiras”.
Por su parte, la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), la principal alianza antichavista, publicó en una página web lo que aseguran que son el 83,5 %” de las actas electorales que confirman, según la coalición, que su candidato, González Urrutia, ganó las elecciones por un amplio margen.
Haciendo oídos sordos a las innumerables peticiones de que muestren las actas para despejar cualquier duda sobre la transparencia de los comicios, Maduro solicitó al Tribunal Supremo de Justicia, que no tiene competencia en materia electoral, que realizara un peritaje formal de los resultados para confirmar o no su validez.
El organismo, que apenas inició el proceso este lunes, es fuertemente cuestionado por quienes dudan de su independencia respecto al gobierno.
Mientras tanto, la oposición sigue luchando y pidiendo ayuda a la comunidad internacional para que el fraude que denuncian no caiga en el olvido.
Para este próximo sábado, por ejemplo, convocaron una “gran protesta mundial” en la que venezolanos en cualquier lugar del planeta se unan “para alzar la voz por la verdad”. Movilizaciones anteriores realizadas en Venezuela han sido reprimidas brutalmente por las autoridades, lo que también les valió críticas y condenas de organismos como la ONU.
En este complejo e incierto escenario, el gobierno de Maduro ha ocupado titulares estas semanas con otras noticias, muchas de ellas sorprendentes, como su cruce de insultos con Elon Musk o sus continuos ataques a las redes sociales con los que, para muchos, podría tratar de distraer la atención mediática hacia otras cuestiones mientras sigue sin acceder a la petición, cada vez más masiva, de que muestre las actas electorales.
Del supuesto “hackeo” en las elecciones de Venezuela a las acusaciones de Maduro sobre WhatsApp
La primera noticia que causó sorpresa y desconcierto llegó en la misma noche electoral, cuando el Consejo Nacional Electoral (CNE) explicó que se había demorado en ofrecer los resultados por un supuesto hackeo que, sin embargo, no le impidió dar por ganador a Maduro.
"Fue un hackeo que habría sido realizado desde Macedonia del Norte y habría tenido la intención de manipular los datos que se estaban recibiendo en el CNE”, dijo sin aportar evidencias el fiscal general venezolano, Tarek William Saab.
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El Centro Carter, que fue una de las pocas organizaciones independientes autorizadas para monitorear las elecciones en territorio venezolano, descartó que haya prueba alguna del supuesto hackeo y reprochó al CNE no haber cumplido con su deber de publicar las actas y compartirlas a la oposición.
En su último informe, Naciones Unidas también cuestionó que si bien el CNE responsabilizó a este presunto ciberataque del retraso en el flujo de la información, después canceló auditorías que habrían esclarecido las supuestas irrupciones.
Tras aquella polémica declaración de resultados oficiales en la noche electoral, las redes sociales comenzaron a llenarse de miles de mensajes y publicaciones que aseguraban que hubo fraude, a los que siguieron otros miles de imágenes y videos online que denunciaban la represión de las posteriores protestas ciudadanas.
En ese momento, el gobierno de Maduro emprendió una campaña contra redes sociales y aplicaciones que, para miles de venezolanos, son su principal ventana de acceso a la información y a poder realizar denuncias públicas.
"Tenemos que derrotar el golpe de Estado cibernético", dijo en referencia a supuestos ataques que sufre por internet.
Por ejemplo, pidió a la población en repetidas ocasiones desinstalar WhatsApp de sus teléfonos porque, aseguró sin mostrar pruebas, es usada en Venezuela para amenazar a militares y policías, al igual que otras redes como Instagram y TikTok.
WhatsApp “está en manos del imperialismo tecnológico, enemigos de Venezuela y de la humanidad”, dijo este martes, cuando acusó a la aplicación (de nuevo, sin evidencias) de entregar a los líderes opositores “toda la base de datos” con información confidencial de sus usuarios en Venezuela.
Los enfrentamientos de Maduro con Elon Musk y las redes sociales
Pero Maduro fue todavía más allá con X (antes Twitter) cuando decidió suspender durante diez días el acceso a esta plataforma en la que pronto se hicieron tendencia algunas frases y palabras utilizadas en miles de tuits como “fraude”, “VenezuelaLibre” o #HastaElFinal.
La suspensión temporal se conoció después de que Maduro acusara al propietario de X, Elon Musk, de incitar “al odio y al fascismo” tras las críticas del millonario a la reelección de Maduro, que lo acusó de fraude y manipulación.
Ambos ya se habían dedicado durante meses a criticarse duramente, pero sus enfrentamientos aumentaron tras las pasadas elecciones. En los últimos días, Maduro tachó a Musk de “archienemigo”, mientras que este respondió llamando al venezolano “burro”.
"Perdón por comparar al pobre burro con Maduro. Es un insulto al mundo animal", escribió después el CEO de X.
Apenas esta semana, Maduro centró sus críticas en la red Tiktok, a la que en varias ocasiones en el pasado había calificado junto a Instagram como “multiplicadores conscientes del odio y el fascismo”.
Este lunes, la plataforma decidió bloquear temporalmente su posibilidad de hacer emisiones en directo, tras lo que Maduro acusó a TikTok de “querer la guerra civil en Venezuela” y de “incentivar un golpe de Estado”.
“Miren lo inmoral que es TikTok, acuso a los directivos y dueños de TikTok a nivel mundial de querer la guerra civil en Venezuela, de apoyar el fascismo en América Latina y en el mundo”, dijo el Maduro durante una reunión con jefes de las instituciones del Estado.
“Quiero decirle a los bandidos e inmorales de TikTok que los hechos de violencia vienen de ustedes, todo esos videos son de TikTok”, respondió.
Días antes, Maduro había dicho que TikTok e Instagram son “multiplicadores de odio” en el país.
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TikTok suspende la cuenta de Maduro y él acusa a la red social de querer "una guerra civil en Venezuela"